15 de septiembre de 2023 por Julieta

Cuál es tu Ítaca?

En días de viajes largos, islas y charlas con viajerxs… me acordé de una historia épica, literal… la odisea de Ulises.

Si viviste alguna experiencias de viaje o migración transformadora, quédate leyendo que te puede interesar.

Un lugar en este mundo

Ulises es un personaje mitológico de la literatura clásica. La “Odisea” narra el largo y arduo viaje que hace “el héroe” para volver a su hogar, la isla de Ítaca, después de la Guerra de Troya. Parece que Ulises estaba seguro de que “su lugar en el mundo” era Ítaca y estaba dispuesto a hacer todo lo posible por regresar.

Pero pensemos en clave de viaje. Si fuéramos Ulises, tendríamos al menos dos rutas posibles para llegar a la isla de Ítaca, nuestro hogar perdido.

Dos rutas para llegar a Ítaca

La primera ruta que podríamos tomar implicaría trazar un meticuloso plan con Ítaca como destino final. Seguiríamos los pasos necesarios, buscaríamos los medios de transporte adecuados, y eventualmente, llegaríamos a Ítaca. Pero una vez allí, después de la meta cumplida, qué pasa con Ítaca? ¿Hay lugar ahí para que se abran paso otros deseos y sueños?
La segunda vía, en cambio, podría ser dejar de lado, al menos temporalmente, la idea de Ítaca como un lugar geográfico. En su lugar, podríamos enfocarnos en lo que Ítaca representa: un hogar, amigos, amores, familia, actividades que disfrutamos hacer, tiempo libre, incluso un animal que nos reciba al llegar. En este escenario, el camino puede ser un sinuoso recorrido, donde seguramente habrá obstáculos y desafíos diferentes, y que quizás nos lleve a través de paisajes y experiencias que nunca imaginamos. En este viaje, Ítaca ya no sería un punto en el mapa, sino la esencia del camino en sí.

Qué sabés de tu Ítaca?

No vamos a juzgar ninguna elección de camino. Lo que me gusta de la historia es que es un pequeño gran ejemplo de cómo de alguna u otra forma y a lo largo del tiempo, esta idea de “lugar en el mundo” puede seguir resonando en muchas vidas migrantes.

Mientras te escribo, recuerdo con mucha ternura mi primera vez en Paraty, la ciudad de Brasil a la que viajé sola por primera vez… mi primer amor viajero. Estoy segura de que en algún momento del viaje, e incluso después (de vuelta en Córdoba) me pregunté: “¿Será que aquí me tengo que quedar, será que así se sentirá estar en EL lugar?”

Vos… Qué sabes de tu Itaca? Alguna vez te preguntaste si existe para vos tal lugar? Qué es para vos un hogar?

Un lugar al que pueda llamar mi hogar

Si leíste hasta acá te invito a que te tomes unos minutos. Buscar una libreta o abrir una notita en el celu que se llame Mi Ítaca.

Regalate un momento para ensayar respuestas, te sugiero algunas preguntas:

¿Cómo es mi Itaca? ¿Dónde la puedo encontrar? ¿Qué representa para mí? ¿Cuáles son las pequeñas acciones diarias que me acercan a Ítaca? ¿Cuáles me alejan? ¿Hay algo que pueda hacer para llevar “Ítaca”, en cada paso de mi viaje, o creo que es algo que hay que dejar para el final?

Muchas veces nos centramos en alcanzar metas específicas, pero el costo puede ser olvidarnos de mirar el camino y las experiencias que encontramos en él.

Las historias más ricas son esas que exploran las imperfecciones y contradicciones, los caminos de tierra, los más enredados… A mí más que leer la historia de Ulises, me encantaría conocer la tuya.